Aparentemente la medicatura forense de Caricuao no estaría en condiciones para operar todavía porque las cavas están dañadas. Sin embargo, se conoció que estarían en conversaciones con directivos de un hospital para practicar las necropsias en el lugar mientras se arregla el problema.
La morgue de El Llanito podría comenzar a operar el lunes y se desconoce cuándo entrará en servicio la de Caricuao. Las cavas que están dañadas en esa dependencia fueron llevadas desde la medicatura forense de Bello Monte.
Se conoció que seis patólogos serán distribuidos entre las dos medicaturas forenses y que se sumarán al equipo cinco médicos integrales que hicieron un postgrado en la Dirección Nacional de Ciencias Forenses. Esa decisión se tomó a raíz de la falta de aspirantes para el postgrado en Patología. Doce médicos integrales de la Universidad Rómulo Gallegos hicieron esos estudios y sólo se graduaron seis. Uno de ellos, Edixon Ipuana, fue asesinado en octubre pasado.
Los médicos egresaron del postgrado como médicos legistas, lo que les permite ejercer como forenses y patólogos, pero no están autorizados para firmar cuando el estudio de un cadáver requiera un estudio histológico.
Se informó que trabajará un patólogo por día, de lunes a viernes, desde las 8:00 am hasta las 4:00 pm. Patólogos jubilados o que renunciaron fueron llamados para contratarlos.
Al parecer, algunos patólogos se resisten a la mudanza, pero desde el Ministerio del Interior y Justicia dieron la orden de iniciar el trabajo en la morgue de El Llanito.
El trabajo de autopsia es el único que se realizará en esas dos medicaturas forenses. Las unidades de Toxicología, Psiquiatría Forense y otras dependencias continuarán en Bello Monte.
Se tiene previsto que las necropsias se practicarán en El Llanito y Caricuao mientras se realiza la remodelación de las instalaciones donde funcionó el simulador de vuelos de la línea aérea Viasa en Parque Caiza.
En reiteradas oportunidades vecinos de El Llanito protestaron y trancaron la vía donde construían la morgue porque está cerca de dos instituciones educativas y de dos parques infantiles, y además porque es una zona residencial. Señalaron que también afectaría el casco histórico de Petare y tres barrios.
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