martes, 24 de enero de 2017

El hampa tiene luz verde en Caricuao



Caracas.- No hay cifras oficiales de robos cometidos cada día en Caricuao porque la gente no denuncia.
Sin embargo, en un sondeo realizado entre transeúntes de la populosa zona caraqueña que cuenta con 139 mil habitantes aproximadamente (según el último censo poblacional en el año 2011), el número pudiera llegar a 20 casos al día.


De ese total, al menos cinco personas resultan heridas durante la comisión del delito, y una o dos de ellas pierden la vida a manos de hampones.

Precisamente, una de esas víctimas de homicidio en medio de un asalto fue el animador de televisión Arnaldo Albornoz, quien fue asesinado la madrugada del 15 de enero en el portón que da acceso a los edificios 11, 12, 13 y 14 de la UD5 de Caricuao.

El crimen sigue impune porque, hasta el momento, los funcionarios del Cicpc encargados de la investigación no han dado con la identificación de los responsables.

De forma extraoficial, una fuente de ese organismo de investigación, detalló que "se ha hecho difícil avanzar en el esclarecimiento del caso porque faltan elementos".

Lo que se recabó el mismo día del asesinato y en días posteriores, a través de entrevistas a lugareños y familiares del fallecido, es que fueron dos los sujetos que dispararon contra el vehículo del artista.

Esos maleantes llegaron en un carro que seguía de cerca el Ford Fiesta Power plateado que conducía Arnaldo.
El móvil que determinaron los investigadores es el robo, pero desconocen si los delincuentes eran residentes de Caricuao o de zonas vecinas.

Lo cierto es que en Caricuao el hampa organizada tiene luz verde para actuar.
Eso dicen los vecinos, secundados por los funcionarios policiales de distintos organismos de seguridad que patrullan esporádicamente.

Las dos estaciones del Metro de Caracas que se encuentran en la zona (Caricuao y Zoológico) son un espacio predilecto para los delincuentes.

Amén de los estudiantes que acuden a las escuelas locales, quienes son atacados con frecuencia por motorizados.

Lo que más roban en Caricuao son teléfonos celulares, luego bolsos y pertenencias, y en tercer lugar los carros.

Esas estadísticas son reflejadas por los propios habitantes que son víctimas.

Lo que sí tienen claro los policías es que a Caricuao han llegado bandas armadas de los barrios Kennedy, Carapita y Mamera a cometer delitos.

Para ellos es más fácil escapar por la autopista, sobre todo en horas de la noche.

Un punto a favor del hampa, es que la calle principal de Caricuao presenta muchas fallas de pavimentación, huecos y reductores de velocidad en mal estado. Todo esto es aprovechado por los delincuentes para capturar más fácil y rápido a sus víctimas.

Los habitantes ya no usan las paradas de transporte público ni del Metrobús en horas pico, es decir, entre las 6 y 8 de la mañana, y desde las 6 de la tarde en adelante, porque los ladrones se movilizan en motos y someten a todo el que consigan en la vía.

Vecinos prefieren quedarse dentro de los edificios y esperar a que pasen las unidades colectivas para salir rápido.

Un rompecabezas
La hora, los delincuentes al acecho y la falta de iluminación jugaron en contra de Arnaldo ese día.
Al parecer a los delincuentes les llamó la atención el vehículo del artista y lo siguieron hasta que se detuvo en el portón que da entrada a los edificios.

La puerta tardó 25 segundos en abrir, y ese tiempo fue usado por los ladrones para rodear el carro de Arnaldo y dispararle cuando arrancó para entrar al estacionamiento.

Recibió tres impactos de bala y los ladrones huyeron.

Declaraciones de testigos dan cuenta de que los sujetos andaban en un vehículo pequeño y de color oscuro.
Incluso, una vez que le dispararon a Arnaldo y se fueron por la avenida La Hacienda, se regresaron y pasaron frente al edificio con las luces de los faros apagadas.

No hubo motorizados, porque los vecinos que escucharon todo nunca percibieron el sonido de motos aceleradas.

Dentro del estacionamiento, Arnaldo logró rodar unos 50 metros y chocó contra dos vehículos aparcados.

Desde la ventana de su apartamento, ubicado en el piso 4 del edificio 14, su madre se asomó y lo reconoció.

Lo que ocurrió con Arnaldo, ha ocurrido con otras víctimas anónimas. Algunos han sobrevivido para contarlo.





Vecinos piden recuperar los espacios perdidos

Como los delincuentes no dan tregua en los distintos sectores de Caricuao, los habitantes hacen un llamado a las autoridades para que ataquen con mano dura a las bandas delictivas que los azotan.

Con la implementación de los nuevos Cuadrantes de Paz anunciados esta semana por el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, la petición directa que hacen los lugareños es recuperar todos los espacios perdidos.

En la entrada de la otrora urbanización de clase media, se encuentra la Universidad Militar de Venezuela, pero los delincuentes desconocen cualquier autoridad militar allí asentada.

Incluso, este jueves los funcionarios lograron capturar a dos sujetos que se introdujeron en una escuela, luego de haber cometido un asalto en una panadería local.

La situación se tornó tensa, porque los ladrones sometieron a docentes y alumnos para escudarse de los funcionarios que los tenían precisados.

Dos días después del asesinato del animador Arnaldo Albornoz, unos delincuentes intentaron robarse un vehículo en la misma zona y dispararon. No hubo víctimas.

Ante esta ola de criminalidad, los habitantes esperan ser tomados en cuenta desde todo ámbito: en la seguridad, la reparación de vialidad y el alumbrado público.

Están convencidos de que "si existe voluntad política, la calidad de vida volvería a ser la misma de hace muchos años. Vivir en agonía como ahora no es sano, estar escondido y asustado en tu propia zona es doloroso para todos", contó Juvenal Rosales, un habitante de la UD5, quien vio crecer a Arnaldo Albornoz y lo calificó como un muchacho ejemplar, soñador y disciplinado.

"Todos estamos dolidos por esa muerte y la de muchos venezolanos", dijo.




INFO/http://www.eluniversal.com/noticias/sucesos/hampa-tiene-luz-verde-caricuao_636334

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