Caracas.- Pocos saben de la movida, pero dentro de Caracas existe otra ciudad lo suficientemente audaz e intrépida que se gesta con desenfado en parques, plazas y colinas, al filo del peligro. Es la urbe de los deportes extremos, cuyos habitantes se desplazan sobre ruedas, se alimentan de adrenalina y viven de piruetas mortales que desafían las normas de convivencia.
Son los amantes del Skateboarding y del Longboarding, dos disciplinas deportivas, que exigen someterse a los riesgos de la velocidad y la altura, y que se practican sin reserva en los espacios públicos: ambos deportes cobran terreno en el asfalto y miden sus pasos en kilómetros por hora.
Los amantes de las tablas, quienes se abren paso entre los peatones, demandan sus propias instalaciones en una ciudad que se niega a reconocerlos y que los estigmatiza por sus tatuajes y aretes. "Una caída duele, pero no frustran tanto como esta ciudad que nos relega", dice Jonás Monsalve, quien tiene 12 años como skate.
Quienes transitan a pie cuestionan la circulación de los patineteros y advierten sobre el peligro que representan para los ancianos, personas con discapacidad y el resto de los habitantes. "Ellos incumplen las normas urbanas. Algunos incluso usan las escaleras y barandas de las residencias para saltar", afirma Rodrigo Méndez, de Las Acacias.
La inclusión del Skateboarding como deporte olímpico, y sus modalidades Street y Park, plantea nuevos retos. En agosto pasado el Comité Olímpico Internacional aprobó por unanimidad este deporte, que debe federarse en el país para profesionalizar la práctica y enviar representantes a escala internacional.
Zahid Reyna, un aficionado a la patineta, advierte que en Caracas apenas existen algunas organizaciones informales, sin respaldo oficial, como la que hace vida en Los Símbolos Skate Plaza, un parque inaugurado hace dos años en la parroquia San Pedro, que recibe a más de 500 patineteros cada semana, según la comunidad.
Pero el lugar, desprovisto de seguridad, impone la dinámica a los visitantes más asiduos: solo pueden estar hasta las 6:00 de la tarde. No hay alumbrado y están asediados por el hampa. "Corremos el riesgo de ser asaltados. Es un problema que de verdad nos afecta", relata.
En el sitio se reportan al menos cinco asaltos cada noche, lo que totaliza más de 30 por semana. Los jóvenes exigen al Instituto Municipal de Deporte y Recreación de Libertador, que asuma "con seriedad" la administración del recinto. El problema, agrega el aficionado Jhonny Benchimol, recrudece en un momento en el que han emprendido una carrera a contrarreloj para formalizar la "danza de la patineta" de cara a las olimpiadas Tokio 2020.
Para quienes buscan ser reconocidos como atletas, la meta es federar la especialidad con ayuda del Estado y del Instituto Nacional de Deportes. A juicio de los patineteros, se debe garantizar la construcción de espacios acordes a las normas técnicas de la Federación Internacional de Roller Sports.
"La idea es profundizar los aspectos técnicos", afirma Albert Suárez, quien es autodidacta y tiene nueve años de experiencia. Desde Los Símbolos Skate Plaza se escurren cálculos preliminares e indican que en el Área Metropolitana se requieren 10 nuevos complejos para garantizar la práctica.
En Caracas solo existen cinco parques de patinetas. El Nuevas Generaciones Urbanas de Caricuao y los skateparks de Chacao, Los Símbolos y el de la plaza Miranda, en Sucre, que fue cerrado en 2013 por la construcción de un elevado. Además existe el Centro de Entrenamiento Center Tree, en El Paraíso. La poca oferta ha provocado la improvisación de puntos no autorizados en las plazas Andrés Eloy Blanco, Banco Central de Venezuela, Candelaria, en Los Dos Caminos y en la U-D7 de Caricuao.
Ehyroon Sánchez, coordinador de la Juventud Bolivariana Extrema Deportiva Cultural, un movimiento que agrupa a diversas disciplinas en el Nuevas Generaciones de Caricuao, indica que la ciudad no tiene espacios para tantos parques. Asegura que es necesario esperar que se giren las normas internacionales.
"Un parque fácilmente podría tener las dimensiones de dos canchas de fútbol, más un centro de entrenamiento y un espacio dedicado a la atención médica de los atletas", agrega.
El modo de organización, indica Sánchez, con 16 años como patinetero, incluso ha creado desacuerdos entre los atletas y las instituciones deportivas, que han sugerido agrupar los deportes extremos en una sola federación.
Reinteran que es necesario separar las patinetas de patines y tablas. Actualmente el Skateboarding está adherido a la Federación Nacional de Patinaje. Y se ha creado un Comité técnico para la organización, integrado por Ehyroon Sánchez.
Desde la Juventud Extrema Deportiva de Caricuao están ideando un cronograma, con varios eventos al año, que permitan generar espacios de competencias. Sánchez explica que tienen previsto crear clubes por parroquia. Actualmente solo la ciudad de Valencia cuenta con un club formal. El desconocimiento y la desinformación, coinciden algunos voceros, afecta la organización.
Sánchez destaca que con nueve clubes se puede crear una liga para el Distrito Capital. Y con nueve estados organizados se puede federar el deporte; organización que deja por fuera a los aficionados del Longboarding, como Johfer Theis, quien estudia cuarto semestre de Ingeniería Aeronáutica, y usa la Carretera Vieja Caracas-La Guaira y las arterias de Santa Mónica y otras colinas para desplazarse a 100K/h.
Deporte extremo sin precaución
La falta de espacios ha llevado a los patineteros a explorar otros lugares como plazas, aceras y espacios peatonales; incluyendo la Cota Mil, un corredor vial de 14 kilómetros de longitud, que es habilitada cada domingo entre las 6:00 a.m. y la 1:00 p.m. como un paseo para el esparcimiento.
A propósito de la anarquía, en marzo de 2015 un niño de 13 años, que conducía una bicicleta en la Cota Mil, perdió la vida al ser embestido por un patinetero, de 19 años, a la altura del Distribuidor La Castellana. Se trata del primer deceso producido por un accidente entre deportistas desde que se habilitó esa arteria vial durante el Gobierno de Luis Herrera Campins.
Aun cuando las autoridades municipales ven difícil la limitación de los deportes extremos, el artículo 254 de la Ley de Tránsito Terrestre establece que los Conductores de Vehículos de Tracción de Sangre (patinetas, bicicletas y patines) tienen un límite de velocidad que no puede exceder de 15 km por hora y solo deben circular por el canal lento.
En el caso del Longboarding, disciplina que se practica sobre una tabla larga, los deportistas alcanzan entre 60 y 100 K/h.
Quienes circundan los parques de patinetas, denuncian el consumo de sustancias ilícitas en esos lugares, lo cual incrementa los índices delictivos. Un argumento que llevó a la alcaldía de Sucre a Cerrar el Skate Park de la Plaza Miranda. A propósito de ello, el año pasado las autoridades tenían previsto reabrir el espacio con apoyo del Consejo de Protección del Niño y del Adolescente, pero no ocurrió.
INFO/ http://www.eluniversal.com/noticias/caracas/piruetas-callejeras-con-aires-olimpicos_625865
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