martes, 26 de abril de 2016

Párrocos de Caracas "Hay que respetar la manera de pensar de cada quien"



José Oscar Moreno Araque es el párroco de Santa Rita de Cassia, en UD 3 de Caricuao




Un árbol de naranjas sin espinas es antinatural. “Pero así era el de mi casa”, dice, riendo, José Oscar Moreno Araque, párroco de Santa Rita de Cassia, en la UD-3 de Caricuao. Tachirense, de La Florida, pueblito agricultor de 4 por 5 calles. "La anomalía se debió a que mis cuatro hermanos y yo de tanto treparlo escapando de mamá, lo raspamos”.

“Algún día se bajarán”, continúa la anécdota. 32 años. Seis en el sacerdocio. Sus maneras y habla, las de un joven cualquiera. Pantalón negro a rayas, mocasines y franela gris manga corta. Ni siquiera porta el cuello clerical. Habla con propiedad de Kant y Sartre. “Hay que leer. Promover cultura”.

Llegó a la profesión de la mano del párroco de La Florida, y su gran amigo de toda la vida y padrino en la ordenación, Roger Cáceres, quien recorría las calles del pueblo en su carro con música a todo volumen, “para llevarnos a jugar fútbol entre cuatro y seis de la tarde. Misa a las 7. El que no iba, no jugaba el día siguiente”, cuenta sin parar de reír. Así es su carácter. Afable y ameno, “porque siempre hay que buscar lo positivo de las cosas, personas, instituciones. En todo”.

Aclara que sus padres “son analfabetas, pero echaos pa'lante”. Que su papá vive en San Cristóbal donde aún hace trabajos de jardinería. “Cosa, si se quiere, parecida a la agricultura”. Dice que a su mamá, más allá de corretearlos hasta el naranjal, es una mujer de buen humor y trato.

Responsabilidad social

“De niño tuve algunos miedos. Pero entendí que hay que descartarlos porque no permiten avanzar, crear, diseñar y ejecutar proyectos. A los niños de la parroquia siempre les hablo de eso y los aconsejo”.

Considera importante la responsabilidad social, el cuidar lo que es común, sobre todo en una parroquia como Caricuao, con áreas verdes, amplios estacionamientos, “y bien organizada”. Temas a los que dedica tiempo y esfuerzo.

Por lo que toca a la religiosidad del ciudadano común, diferencia entre “los que no tienen fe, pero están sedientos, y los que son indiferentes”.

Dice ser tolerante con todo eso. “Porque hay que respetar la manera de ser y pensar de cada quien. Yo, incluso, promuevo la diversidad”.

Mirando con detalle la Casa Parroquial de la iglesia de la UD de Caricuao, vemos, entre orden y pulcritud, detalles de juventud y cambios.

El confesionario permite visualizar, desde el amplio salón de la iglesia, gracias a un vidrio transparente, las figuras de confesado y confesor, quitándole algo de secretismos y ocultamientos, al “pecado y al pecador”.

De los Leones del Caracas, del Barcelona y el Táchira Fútbol Club. En lo único que no es conciliador es en la comida: “Odio los vegetales”, dice sin parar de reír.

INFO/ http://www.eluniversal.com/noticias/caracas/hay-que-respetar-manera-pensar-cada-quien_306258

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