En la unidad educativa José Agustín Marquiegui, 700 niñas y niños también producen repollo, tomate, remolacha, pimentón, cebollín para el PAE y para su propio consumo
Los estudiantes animados recogieron su primera cosecha
Un total de 700 estudiantes de la Unidad Educativa Nacional José Agustín Marquiegui, ubicada en la UD3 de Caricuao, cosecharon ayer 1.200 lechugas que plantaron con sus propias manos el pasado 15 de mayo. La jornada formó parte del proyecto Aula Abierta Ambiental de la Misión Sucre, que promueve la educación ambiental y el desarrollo de actividades agroecológicas en el contexto urbano.
Nelly Reyes, una de las responsables del proyecto, explicó que la idea fundamental es educar a las niñas, los niños y adolescentes en técnicas agroecológicos, como el cuidado de los suelos y la producción de alimentos para el propio consumo, en espacios abiertos de su escuela. En eso consiste el aula ambiental.
La especie de lechuga sembrada el pasado 15 de mayo es la llamada lechuga italiana, pero “los estudiantes la han bautizado lechuga Caricuao”, señaló Reyes, quien explicó que normalmente el tiempo para cosechar las plantas es de 30 a 45 días, y que una vez cosechadas son donadas al Programa de Alimentación Escolar (PAE), que ofrece almuerzo a las y los estudiantes de las escuelas bolivarianas, como la José Agustín Marquiegui.
700 estudiantes de la Unidad Educativa Nacional "José Agustín Marquiegui" participaron en el proyecto
SEMILLAS DEL CIARA
Las semillas con las que se inició el proyecto fueron donadas por la Fundación de Capacitación e Innovación para Apoyar la Revolución Agraria (Ciara), organismo que hizo entrega de dos sobres con 10 gramos de semillas. “En estos momentos ya somos autosustentables. Hemos generado de la primera siembra, del 26 de febrero de 2013, cerca de 800 gramos de semillas”, celebró Reyes.
Especificó que en las actividades de siembra y recolección participan estudiantes desde preescolar hasta 6° grado, en grupos de 10 a 12 participantes, quienes también aprenden sobre producción agroecológica, ya que no se utilizan agrotóxicos, sino productos naturales, como la sustancia obtenida de hervir las hojas del árbol neem, que se rocía a los cultivos para prevenir cualquier tipo de plaga. “Las más comunes son un hongo, y los áfidos, que son gusanitos que succionan la sabia de la planta y la secan”, señaló.
Nelly Reyes, responsable del proyecto: "Ya somos sustentables"
TRABAJO DE GRADO
Sobre el origen del Proyecto Aula Abierta Ambiental, Bases Estratégicas para la Educación Ambiental Integral: Etnogeobotánica Urbana para el Biodesarrollo de Caricuao, Parroquia Ecológica, Reyes indicó que “se trata del trabajo de grado de un grupo de ocho estudiantes del 9° semestre de Gestión Ambiental de la Misión Sucre, cuyos integrantes son la propia Nelly Reyes, Annellys Berroterán, Orlando González, Rolando González, Carlos Álvarez, Luis Ortega, Jean Luis Serrano y Hilmer Angulo”.
Para establecer el proyecto en la escuela José Agustín Marquiegui, Reyes informó que en primer lugar, se efectúo un diagnóstico del sector y se realizaron encuentros con los consejos comunales y la comunidad educativa, a fin de determinar las necesidades, el nivel de conocimiento y su grado de interés en el cuidado del ambiente y del suelo y en la producción de alimentos sanos.
Rolando González, a su vez, afirmó que en vista de que se aproxima el fin del periodo escolar, se le entrega una lechuga a cada uno de los estudiantes y al personal administrativo y obrero, que se llevan a sus hogares el excedente se entrega al PAE.
Una vez que las y los estudiantes salgan de de vacaciones, entra en acción la comunidad de la zona mediante el colectivo Acción Insurrecta, un grupo de jóvenes de la parroquia Caricuao que se hacen cargo del huerto escolar, “a partir de ese momento se transforma en huerto comunitario y se están analizando algunas propuestas, para ampliar el proyecto. La idea es comenzar a trabajar en plantas medicinales”.
La directora de la citada unidad educativa, Milagros Páez consideró que “el proyecto ha beneficiado a los estudiantes, porque reciben una enseñanza practica en el cultivo en áreas urbanas, demostrando que si se puede, y el cuidado del ambiente”.
Los niños cosecharon 1.200 lechugas que plantaron con sus propias manos el pasado 15 de mayo
Las semillas que utilizaron en el proyecto fueron donadas por la Fundación Ciara
Las lechugas cosechadas son donadas al Programa Alimentario Escolar
Participaron estudiantes desde preescolar hasta el sexto grado
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